Mas que un homenaje es revivir una vida, un sentimiento anterior a esta época que nos toca vivir. La figura de Cesar Manrique ha sido muy importante para Lanzarote, pero desgraciadamente para cada vez mas personas, esta escencia se va diluyendo, se va perdiendo. Los que alguna vez tuvimos algo que ver, no por ser amigo de él sino simplemente saludarlo o intercambiar algunas palabras, se nos queda esa huella imborrable de un hombre en constante movimiento creativo que respiraba confianza en todo lo que hacía, lo que decía y sobre todo una fortaleza inhumana. Y así él decía:
"Vivimos tan corto espacio de tiempo sobre este planeta que cada uno de nuestros pasos debe estar encaminado a construir más y más el espacio soñado de la utopía. construyámoslo conjuntamente: es la única manera de hacerlo posible."
Ahora, cuando casi ha pasado un tiempo más que importante de la muerte de Cesar, me alarmo en pensar que mucha gente que no le conocieron no sepan de la importancia que sus gestos despertó en toda la población lanzaroteña.
Cierto que la vida continua pero... y sus pautas? dónde están? creo que alejadas de una sociedad que solo piensa en el hoy y no en el mañana.
" Crear con absoluta libertad,sin miedos
y sin recetas,conforta el alma y abre
un camino a la alegría de vivir"
Cuando en distintas ocasiones oyes las críticas o las lees sobre un hombre que más que para sí, construyó e ideó para otros, entendiendo que todo artista tiene su ego particular y por tanto hay que respetarlo en cierta medida, te topas en toda esta ignorancia con personas que no han entendido que cualquier persona tiene el derecho a equivocarse y errar sobre esa equivocación, y más un artista que cuando mides o pesas en una balanza se inclina sobradamente sobre lo que ha aportado a la sociedad en general, y a Lanzarote en particular.
Cuando apenas contaba con 14 años, recorría al día varios kilómetros por las calles de Arrecife de un lado a otro. En esos ir i venir me topé con El Almacén en pleno apogeo cultural y social para Lanzarote y fuera de ella.
La primera vez que me hablé con Cesar fue precisamente en ese lugar y fue para hacerme una advertencia. En ese tiempo ereamos adictos al chicle y me encontraba con un amigo en la sala de audiciones y proyección de El Almacén, allí se encontraban personajes de la cultura, desconocidos en su mayoría para nosotros. Muchos de ellos alemanes que esperaban una proyección de una cinta y mantenían en sus manos copas con bebidas del Bar Picasso. Entonces Cesar se acercó y nos advirtió que cuando terminaramos con el chicle lo metiesemos en un papel y lo tiraramos a la papelera, y asi evitar la pavimentación de las aceras de Arrecife. Recuerdo que nos quedamos un poco cortados, más aún cuando la proyección iba sobre desnudos artísticos y los únicos chiquillos eramos nosotros.
Mas adelante, ya más crecido tuve la oportunidad de hablar a orillas del mi tan amado Charco San Ginés sobre las obras que se venían realizando en las orillas del mismo. Me invitó a pasar por su estudio, cosa que nunca hice y cuando quise ya fue tarde. Aún así visité su casa en Tahiche lo que es hoy la Fundación, y la vi en ese estado puro en la que él aún vivía allí, aunque ya pensaba en convertirla en lo que es hoy. También fui a su casa en Haría aún en construcción. Momentos imborrables de la memoria.
En la última foto, los dos artístas más relevantes de toda Canarias. Alfredo Kraus y Cesar Manrique.
"Para mi era el lugar más bello de la tierra
y me dicuenta de que si ellos eran capaces de ver la isla a traves de mis ojos, entonces pensarían igual que yo.
Desde entonces me propuse mostrar la belleza de Lanzarote al mundo."
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